Al salir de clase a las dos y media, todos los días, algún alumno era castigado por el bedel. Su castigo siempre era quedarse hasta media noche en la sala de profesores forrando libros.
Un día que empujaron a Raul por las escaleras chocó contra el bedel, este le miro y con una voz escalofriante y grave dijo: -castigado. El chico asustado por los comentarios que decían que dos niños habían desaparecido castigados por ese bedel hace años.
Raul pensó ponerse en el bolsillo el móvil grabando, para ello tuvó que hacerle un diminuto agujero en el bolsillo del pantalón y por hay poner la cámara del móvil.
Faltaban 10 minutos para media noche y se escucho un ruido, miró para todos lados y solo vio el estante con varios libros, las seis sillas y la mesa alargada que había en la sala de profesores donde él se encontraba. Volvió a escuchar ruido pero esta vez eran pasos. Raul miró hacia la puerta y ahí estaba el bedel, mirándolo de arriba abajo, con una sonrisa escalofriante. El chico estaba aterrorizado, cuando el bedel se lanzó sobre él. Le dio un empujón y salio de la sala de profesores, el bedel corrió tras él, sin darse apenas cuenta a Raul se le cayó el móvil, pero no le importo, él siguió corriendo.
A la mañana siguiente encontraron el móvil en el que salia un vídeo del bedel corriendo hacia la cámara y al chico que había desaparecido gritando.
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